Babilonia es una cultura que surge en Mesopotamia a raíz de unas guerras civiles entre los pueblos mesopotámicos, donde los babilonios, unidos con otros pueblos, se unen en contra de los acadios, consiguiendo conquistar Nínive y establecerse como imperio entorno el 625 a.C.
Artísticamente es una cultura muy prolifera en la que destaca principalmente su arquitectura.
Las características principales de la arquitectura babilónica es su construcción: en adobe y sin cimientos, las construcciones babilónicas se construyen directamente de las planchas de cimentación, en los que se empleaban bóvedas y arcos para darle estabilidad a las construcciones.
El adobe utilizado era muy rudimentario hecho de simple arcilla, hasta que evoluciona a una especie de ladrillo con arcilla y paja añadida para agregarle más cohesión. Poco a poco fue perfeccionándose la técnica hasta conseguir unos ladrillos compactos, a los que se le añadían decoraciones e incrustaciones de otros materiales. Para las vigas y los pilares se utiliza madera, producto que tenía que ser exportado por falta de recursos en Mesopotamia.
Las estructuras arquitectónicas más conocidas en Babilonia son los zigurats, que se convirtieron en el cénit de la arquitectura babilónica. Estos representaban la montaña sagrada, donde residían los dioses. Se trata de una edificación monumental que también es utilizada como observatorio astronómico. Su estructura está compuesta por una serie de pisos con diferentes plantas y alturas, y cromadas en diferentes colores, estas plantas estaban unidas por una escalinata que conectaba todos los pisos hasta los pequeños templetes que coronaban la edificación.
El más conocido es el Zigurat de Marduk, que no se conserva hoy en día, pero podemos conocer su forma gracias a los textos históricos que se han conservado y a los pequeños restos arqueológicos, que atestiguan que el Zigurat de Marduk debía resultar uno de los más grandes y espectaculares del Imperio Babilónico.
Este constaba de siete plantas, de las cuales cada una estaba pintada de un color distinto, siendo el último el índigo, que simbolizaba la conexión con el cielo. Estaba rodeado con tres escalinatas, dos laterales y una central que llegaba a lo alto del templo.
Estaba situado en el centro de la ciudad de Babilonia, frente al palacio real y estaba rodeado por las murallas de la ciudad.
Esta imagen es una reconstrucción de como se cree que sería el Zigurat de Marduk, donde se observan las diferentes plantas, con las escalinatas que lo rodean y el templete que corona la construcción con el color índigo.
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